Si una cosa es cierta es que la reconstrucción de Venezuela pasa, a juro y porque sí, por una Asamblea Nacional Constituyente. No estoy seguro si el momento sea ahora o después, pero el país necesita un ordenamiento jurídico nuevo que blinde la institucionalidad y, Dios mediante, evite que una minoría, por mayoritaria que sea, cambie todo a su antojo.
Independientemente de los detalles, la institucionalidad democrática del país, si queremos finalmente tocar las puertas de la modernidad, el progreso y la paz, necesita cinco condiciones. Cosas que deben ser cambiadas del marco actual, garantías para un verdadero desarrollo democrático o, como podemos llamarlos, imperativos constitucionales.