lunes, 1 de febrero de 2010

La Atomización del Poder


Dura ha sido la lección que le ha tocado aprender a la sociedad venezolana: No hay nada más peligroso que la concentración de poder en una minoría, o peor, en una persona. Los sistemas democráticos más sólidos han sido diseñados muy detenidamente para evitar que esto pase y si vamos a aplicar Ingeniería Institucional a Venezuela, no podemos dejar ningún detalle al azar. Todo debe ser medido y evaluado para que ningún individuo, ninguna mayoría pueda violar los derechos de otros.


Con ese fin ponemos sobre la mesa un concepto: La Atomización del poder. Es decir, tomar las estructuras de poder y descomponerlas en sus elementos organizacionales fundamentales, sus átomos (por ende, atomización) y reconstruir esas estructuras pensando en esos átomos como pieza esencial con vida propia, para que la estructura completa no dependa de centro alguno.


Queremos aclarar que no se trata de una mera descentralización, pues ese término implica un camino del que queremos diferenciarnos. La descentralización en Venezuela fue el proceso en el que el Gobierno Central cedía competencias a los Gobiernos Regionales y Locales. Ese proceso puede revertirse y se ha estado revirtiendo poco a poco. La atomización va más allá de la simple cesión se competencias.


Una visión atomizada


Tomemos como ejemplo un sistema fundamental para el mejoramiento de la Seguridad Ciudadana: El Sistema de Justicia. Un re-diseño del sistema implicaría una visión fractal, es decir, una estructura que se repite de abajo a arriba y de arriba a abajo, comenzando el diseño con su estructura más fundamental: Los tribunales municipales.


Siendo el Municipio la estructura más fundamental de nuestro sistema político actual, la estructura de los tribunales debe partir de ahí. La rectoría de los tribunales municipales se haría por un Tribunal Municipal de Justicia cuyos miembros no serán designados por el TSJ. La elección de este cuerpo tendría un mecanismo más elaborado:


  1. Como organismo colegiado, el Tribunal Supremo de Justicia hará una lista de candidatos a miembros del Tribunal Municipal con base en su formación y méritos. De cada candidato elaborará un expediente con todas las referencias pertinentes. Esta lista con sus respectivos expedientes será enviada a cada Municipio.
  2. El Consejo Local de Planificación Pública, que no sólo involucra al Alcalde y a los Concejales, sino también a los Consejos Comunales y demás organismos de la Sociedad Civil que hacen vida en el Municipio, filtrará esta lista dejando una terna más reducida. El mecanismo de filtración y elección será decidido internamente.
  3. Con esta terna, la decisión final caerá en manos del Poder Legislativo Local, a saber, el Concejo Municipal.


Ahora bien, tal proceso se repetirá para los Tribunales Regionales, utilizando a los Colegios Legislativos y Consejos Regionales de Planificación.


La idea es, en general, que el sistema de justicia dependa cada vez menos de una estructura central y responda, sobre todo, a las Comunidades Organizadas del Municipio y al ciudadano de a pie. Creemos firmemente que eso sólo se puede lograr con una Ingeniería Institucional que acerque el tribunal a la gente y reticule la organización de la justicia para hacerla más eficiente, expedita y, por supuesto, más justa.


Por otra parte sería interesante ver que en las Universidades se diseñe y aplique un programa de postgrado en judicatura, para comenzar a formar jueces de carrera, no a la carrera.


Este modelo de atomización es todavía una idea muy cruda y hay que hacerle muchos ajustes para hacerlo aplicable sin la necesidad de modificar la Constitución y mucho más trabajo si se ha de diseñar una Constitución nueva. Pero creemos que debe ser el modelo a seguir en toda Ingeniería Institucional de aquí en adelante.


Preocupación


Sigo viendo con total preocupación el papel que está desarrollando la llamada Mesa de la Unidad. Veo que se dedican a opinar de cualquier tema coyuntural y no veo que se enfoquen en las dos únicas funciones que le fueron asignadas: (1) Establecer las candidaturas unitarias (siguiendo el acuerdo) y (2) Diseñar la Agenda Legislativa para que, independientemente de quiénes y cuántos lleguen, la llamada “Oposición” ponga propuestas concretas sobre la mesa para facilitar la solución de las coyunturas.


En caso de estar trabajando en la Agenda, sería un alivio conocer los temas que están trabajando y saber quiénes están trabajando en cada tema. Sería un error el debatir una Agenda de espaldas al electorado y un acierto comunicar el trabajo realizado.


Seguimos en contacto


Juan Carlos Araujo S.